En los inicios, a la primer generación le tocó formar parte de una farmacia icónica de la zona sur del Gran Buenos Aires.

Con el tiempo, la segunda generación se incorporó como parte de un necesario aprendizaje.

El deseo de despegar nos llevó a la primer farmacia propia. Santa Teresa. En un local pequeño que nos llevó a la necesidad de dos traslados, hasta la ubicación actual.

Coincidiendo con esta última reubicación, llegó la apertura de la segunda farmacia, Maria del Rosario.

Luego vinieron dos farmacias más, San José y San Luis de Montfort. Después de unos años, incorporamos la quinta farmacia, San Marco de León.

Desde el principio sentimos que la buena atención farmacéutica sería el eje y marcaría diferencia.

Considerando que el paciente es único, no es un número. Sabemos quienes son ellos y ellos pueden identificarnos, debido a la presencia y predisposición de los profesionales farmacéuticos.

La tercer generación suma un desafío , que es, sostener nuestro estilo pero incorporando la tecnología. Eso estamos haciendo.

Cuota de renovación, empuje y adecuación a lo nuevos tiempos.